La jornada de ayer ha sido muchas veces imaginada por todos los argentinos.
Después de 2 años de juicio oral, de espera, de dolor, de testimonios desgarradores, de reclamos de justicia y esperanza, llegó la necesitada y justa condena. El Presidente del Tribunal Oral Federal 5, Daniel Obligado, condenó a 12 de los 18 represores a prisión perpetua por privación ilegal de la libertad y tormentos agravados y homicidios.
Entre los asesinos condenados se encuentran, Jorge el “Tigre” Acosta, Jefe operativo del principal centro clandestino de la Marina; Antonio Pernías, Ricardo Cavallo, Jorge Radice, Oscar Montes y Alfredo Astiz,entre otros siniestros personajes.
Las 12 perpetuas incluyeron las acusaciones por los homicidios de los 12 integrantes del Grupo de la Iglesia Santa Cruz, entre los que estaban Azucena Villaflor, las primeras Madres de Plaza de Mayo y las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet. Y 6 de las 12 condenas a perpetua sumaron la acusación por la privación ilegal de la libertad, tormentos, robo de bienes y el homicidio del periodista Rodolfo Walsh.
Ante el fallo del tribunal, las agrupaciones de derechos humanos se fundieron en abrazos, al igual que todos los argentinos que también seguían ansiosos la resolución por televisión y radio.
Este fallo es histórico,y es imposible no relacionarlo y recordar cuando el 23 de marzo de 2004 el ex presidente Néstor Kirchner indicó que bajaran los cuadros de Jorge Rafael Videla y de Roberto Bignone, ex presidentes de facto y antiguos Directores del Colegio Militar. Ese día, el pueblo comenzó a saber que ese Gobierno iba a trabajar incansablemente hasta condenar a todos los genocidas que se adueñaron de la vida de 30.000 argentinos, que apropiaron bebés y destruyeron a varias generaciones dejando una herida imposible de cerrar.
Hoy, 7 años después se puede mirar para atrás y si bien el dolor y el recuerdo están presentes, ya no es el mismo sentimiento, ahora podemos hablar de justicia, de juicio y castigo y seguir afirmando comos siempre: que los 30 mil compañeros detenidos desaparecidos, siguen presentes. Ahora y siempre.